Donde hay luz también existe la sombra. ¿Dejaré de amar la luz porque produce sombras?
Heinrich Lübke
Me solian atrear los hombres que me mentÃan y que pensaban solamente en ellos mismos.
Alanis Morissette
El ajedrez es vanidad.
Alexander Alekhine
La publicidad es una fábrica de sueños, de inventos maravillosos, que nosotros creamos en nuestro interior y que ella materializa en el exterior.
Fernando Savater
En un tiempo los hombres cantaban a coro alrededor de una mesa; hoy, un hombre canta sólo por la absurda razón de que sabe cantar mejor. Con el tiempo, sólo un hombre reirá por la misma razón.
Gilbert Keith Chesterton
Lo que tú ves del hombre no es el hombre; no es más que la prisión en que está aherrojado, el lecho vacilante donde duerme un corto sueño.
Guy Du Faur de Pibrac
Me levanté por la mañana con dolor de cabeza. Las emociones de la vÃspera estaban lejanas. En su lugar vino una perplejidad penosa y una tristeza que antes no habÃa conocido. Era como si algo muriese en mÃ.
Iván Turguénev
Ingenuidad: Hay gente que aún cree que la norma "Circule por la derecha" es de tráfico.
Jaume Perich
La grandeza de un hombre está en relación directa a la evidencia de su fuerza moral.
John F. Kennedy
No hemos de confundir la cruz con cualquier desgracia, contrariedad o malestar que encontramos en la vida.
José Antonio Pagola
La Naturaleza lo formó y después rompió el molde.
Ludovico Ariosto
En polÃtica uno no siempre consigue lo que se propone.
Mariano Rajoy
El tiempo parece que pase a camara lenta y mientras ellos se besan sin ninguna prisa.
Megan Maxwell
Si estoy en carne viva, no me tires alcohol, curame con saliva.
Ramón Melendi
Desde que era pequeña el mundo oriental me ha cautivado. Mi hermano vivió una larga temporada en Srinagar. Cuando venÃa nos hablaba de la India y yo me quedaba embobada con sus relatos sobre la mezcla de religiones y de culturas. Esto despertó en mà y en mis hermanas una gran admiración por este paÃs, lo que ha hecho que lo visitemos en más de una ocasión.
Susanna Griso
Depositadla en la tierra; y que de su carne virgen e impoluta broten violetas.
William Shakespeare