Estaban en un entrenamiento y jugaban muy bien, era un lindo partido. Entonces Veira hace sonar el silbato. ¡Paren todo! ¡Paren todo! dice. Lo llama al utilero y lo manda a buscar una escalera. La pone en la mitad de la cancha, el Bambino se sube y dice: ¡Este partido es una maravilla! ¡Lo tengo que ver desde arriba!