Estamos habitando un mundo real donde los acontecimientos poseen causas comprensibles y esas causas producen efectos. Nunca hemos tenido ninguna misión sagrada, y sería fatal creer otra cosa. Pero tenemos el derecho a la auto-conservación. Sepamos qué es lo que queremos conservar. Luego el sentido común y el viejo valor probablemente nos ayudarán a seguir adelante.