El fuego le lamió y le inundó y notó que se le marchitaban los delicados tejidos del cerebro. Trató de enfocar su pensamiento en el hielo. Se asió al hielo en busca de salvación, a pedazos de hielo, a montañas de hielo, a icebergs de hielo semihundidos en agua helada. Aunque su alma ardía, pensaba en el hielo.