La vida de cada hombre es un cuento de hadas escrito por la mano del Señor.
Hans Christian Andersen
Porque el miedo, desde luego, es una emoción como cualquier otra; el miedo es una horrible clase de diversión.
Aldous Huxley
Para computar la felicidad de cada uno no se han de considerar los bienes que posee, sino el gozo que de su posesión recibe.
Benito Jerónimo Feijoó
¡Que Dios nos bendiga a todos!
Charles Dickens
El individuo puede y debe ser único, individual e irrepetible. Ese el el mayor temor de la Psicología.
Cristian Saez
Los talleres de reparación de automóviles se deben construir según el principio de desempaño de tareas. Los automóviles se conducen hasta el taller y permanecen en un mismo sitio hasta ser reparados completamente.
Ernst Neufert
Siempre tendrás más clientes de los que necesites cuando menos los necesites.
Gay Talese
Presta solamente aquello cuya pérdida puedas soportar.
George Herbert
Tienes que saber que el soldado es el más santo de todos los humanos, porque es el que más pruebas tiene que pasar, más que todos.
John Steinbeck
Nuestras movilizaciones responden a la violencia, a la injusticia, y muchas veces tendrán que salirse de la ley. La esclavitud era legal. También las peonadas son legales y, como ella, una auténtica barbaridad.
Juan Manuel Sánchez Gordillo
El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.
Manuel Vicent
Recordemos que una de las cosas que más nos hacen reaccionar es escuchar nuestro nombre; además, nos ayuda a crear un clima de cercanía con la otra persona, especialmente cuando hace poco que la conocemos.
María Jesús Álava Reyes
Tu oscuridad gesta luces iridiscentes. Lienzos de tiempo caen como harapos. Sobre ruinas nocturnas gira un pájaro ciego, parvada de recuerdos.
Marlene Pasini
Por norma, todas las religiones del mundo discriminan a las mujeres, bien situándolas en un incomprensible segundo plano o bien legitimando que puedan ser maltratadas y vejadas. Es algo realmente lamentable a lo que nadie parece querer encontrar una solución.
Matilde Asensi
La rabia de los celos es tan fuerte que fuerza a hacer cualquier desatino.
Miguel de Cervantes
Súbitamente sintió el deseo imperioso de escribir. Cierto es que, como suele decirse, Eros ama el ocio, y que sólo para el ocio ha nacido. Pero en ese momento de la crisis, su excitación le impulsaba a tranquilizar por medio de la palabra el torbellino de sus pensamientos.
Thomas Mann