Lo mío no es una poesía espontánea, que burbujea y sale por inspiración. Para mí escribir es escuchar algo que no se presenta de una manera clara y ver cómo eso -hermoso o terrible- se puede convertir en lenguaje... Y eso viene de muy adentro, porque los dioses, los monstruos, los demonios, habitan en lo profundo, en uno está colocarlos, ponerlos en su puesto...