¡¿Qué hacemos con todas esta emociones que llevamos por dentro?! ¡Madre de Dios!
Gustavo Cerati
Bueno es el dominio del amor, ya que aparta el entendimiento de sus siervos de todas las cosas viles; nada bueno es el dominio del amor, pues cuanta más fe se le tiene, más graves y dolorosos extremos hace pasar.
Dante Alighieri
Haya o no dioses, de ellos somos siervos.
Fernando Pessoa
Nuestra vida está tan llena que actúa cuando no hacemos nada.
Gaston Bachelard
La Filosofía no va más allá de lo probable, y en cada uno de sus asertos guarda en reserva una duda.
James Anthony Froude
Cabrón tramposo, no sabes la suerte que tienes de ser un mono porque la conciencia es una terrible maldición. Pienso, siento, sufro y lo único que pido a cambio es una oportunidad para hacer mi trabajo. Y no me lo permiten: porque yo les cuestiono.
John Cusack
Los niños nunca deberían ir a la cama, cuando despiertan son un día más mayores.
Johnny Depp
De hecho, somos quienes somos gracias a todo lo perdido y a cómo nos hemos conducido frente a esas pérdidas.
Jorge Bucay
En las parroquias y comunidades hemos de recuperar la llamada de Jesús a abrir caminos al reino de Dios en la vida. Hemos de acoger a Dios no solo en la práctica de la religión, sino en el esfuerzo por humanizar la vida.
José Antonio Pagola
Querer huir del vacío y de la angustia que provoca el sentirse libre y obligado a tomar decisiones como qué hacer de sí mismo y del mundo que nos rodea -sobre todo si éste enfrenta desafíos y dramas- es lo que atiza esa necesidad de distracción, el motor de la civilización en que vivimos.
Mario Vargas Llosa
Las mujeres tienen una edad en que necesitan ser bellas para ser amadas, y otra en que necesitan ser amadas para ser bellas.
Marlene Dietrich
Nunca duermo, porque el sueño es el primo de la muerte.
Nas
Estamos tan acostumbrados a que nos lata el corazón que no le damos mucha importancia, pero cuando la cosa no está clara, entonces aprendes a valorar lo que significa.
Pau Donés
El honor prohibe acciones que la ley tolera.
Séneca
Doloroso es que comencemos a vivir cuando morimos.
En tus telares, Angelita, hay tiempo, lágrima y sudor están las manos ignoradas de éste, mi pueblo creador.
Víctor Jara