La derecha se encuentra disuelta en la izquierda, es lo mismo con otro nombre.
Gustavo Bueno
La pena es que tu no podrías verlo porque estabas tocándote los huevos.
Alberto Chicote
Las primaveras al marcharse dejan las lloviznas de otoño preparadas... Pequeña, ve despacio, mucho juicio, no te quemen tus llamas.
Alfonsina Storni
Soy la Ira. No tengo padre ni madre y broté de la boca de un león cuando yo apenas tenía media hora de vida. Desde entonces siempre ando por el mundo con esta caja de espadas, hiriéndome a mí mismo cuando no puedo herir a otros.
Christopher Marlowe
Los grandes espíritus se elevan más cuando se ven más caídos. Porque la desgracia es la piedra de toque de la grandeza del alma.
Conde de Romanones
Dios quiso llamarla a sí, para darle un premio bien ganado por los sufrimientos y sacrificios que ella sostuvo durante su vida.
Daniel Comboni
En el arte de vivir, el hombre es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte, es el escultor y es el mármol, el médico y el paciente.
Erich Fromm
Hay personas tan ligeras y tan frívolas, que son tan incapaces de tener verdaderos defectos como sólidas cualidades.
François de La Rochefoucauld
La vejez es como todo lo demás. Para hacer un éxito de la misma, hay que empezar cuanto antes.
Fred Astaire
¡Pero no todos tenemos la fortuna de usted! Tenemos empleos, vamos al trabajo y regresamos de él en tranvías, autobuses y metros atestados; a duras penas tenemos un minuto que podamos llamar nuestro.
Henry Miller
Cuando tenía 12 años, solía pensar que tenía que ser un genio, pero nadie se dio cuenta.
John Lennon
No hay enemigo peor que el que trae rostro de amigo.
Juan Ruiz de Alarcón
Toda la civilización no es más que una lucha desesperada del hombre por no tener que trabajar.
Julio Camba
Mientras unidos por un mal hermano me hablaban con suprema confidencia los mudos apretones de tu mano, manchó la soñadora transparencia de la tarde infinita el tren lejano, aullando de dolor hacia la ausencia.
Julio Herrera y Reissig
Es mucho mejor atreverse a cosas grandes, cosechar triunfos gloriosos aún marcados por el fracaso, que aliarse con esos pobres espíritus que ni mucho ganan ni mucho sufren porque habitan en la penumbra donde ni la victoria ni la derrota se conocen.
Theodore Roosevelt
¡Qué fuerza tiene el alma humana!
Virginia Woolf