¡Amar! Había nacido para soñar el amor, no para sentirlo. Amaba a todas las mujeres un instante: a ésta porque era rubia, a aquélla porque tenía los labios rojos, a la otra porque se cimbreaba al andar, como un junco.
Gustavo Adolfo Bécquer
A pesar que de estuve mucho tiempo a su lado, nunca llegué a conocerlo. No sé quién fue exactamente Adolf Hitler.
Albert Speer
El nombre propio es el que marca la individualidad; el apellido, las relaciones sociales.
Ángel Ganivet
De la mujer es la casa, donde el hombre es un huésped.
Antonio Gala
Los poetas nacen, los oradores se hacen.
Cicerón
La codicia del general es insaciable. Es un librepensador que persigue la hermosura y al misterio. Sería capaz de tomar una medida persecutoria contra el diccionario, y provocaría una catástrofe. El hombre se perdería en un idioma desordenado y el mundo caería convertido en cenizas.
Elena Garro
El orgasmo es un paroxismo; la desesperación, otro. El primero dura un instante; el segundo una vida.
Emil Cioran
La resignación es cuestión de temperamento y el valor de la vida,
Enrique López Albújar
Durante unos segundos pensé que iba a perder el sentido, debido a la violencia de la caída por la velocidad de 1.173 kilómetros por hora en los primeros 40 segundos.
Felix Baumgartner
¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional.
Ignacio Ramonet
Cada pequeño gesto por su cuenta no va a hacer una gran diferencia, pero son esos cambios chiquitos los que crearán una sociedad que elegirá a los políticos correctos, a quienes apoyarán cuando tomen las decisiones correctas.
Jane Goodall
Entre el sentido común y el buen gusto se encuentra la diferencia entre una causa y su efecto.
Jean de la Bruyere
Dios hizo los números enteros. Los demás son cosa del hombre.
Leopold Kronecker
Todos los hombres golpean a sus mujeres: la gente del pueblo, con sus puños; los burgueses, con las leyes.
Maurice Donnay
No había hecho algo así desde hace treinta años.
Ryan Reynolds
Ten, pues, buen ánimo, hija mía, y no te preocupes por mí, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor.
Tomás Moro