El feminismo triunfa gloriosamente fuera de España, donde las mujeres lo han reclamado como derecho y los hombres lo van otorgando como justicia. En España no triunfará, sino que se impondrá como deber a las mujeres, sin que ellas se levanten a pedirlo, por llamamiento de los hombres, convencidos de que han menester su ayuda para salvar a España.