Nada da idea de la vejez prematura de un hombre hecho y derecho como su sumisión incondicional a la juventud de los otros.
Gregorio Marañón
Bob Dylan es uno de los cantantes de blues más importantes del mundo occidental; arte antiguo, rápida improvisación, variación eterna, formulación clásica, visión profética...
Allen Ginsberg
Así pues, ni lo que siempre existe ni lo que siempre carece de existencia será generable ni corruptible. Y está claro que, si es generable o corruptible, no será eterno.
Aristóteles
Algunos luchan un día y son buenos; otros luchan un año y son mejores; unos pocos luchan toda la vida: esos... son imprescindibles.
Bertolt Brecht
La mayor parte de las decisiones que se toman tienen un responsable: el inconsciente.
Eduardo Punset
Es infinitamente mejor tener unos pocos hombres buenos que muchos indiferentes.
George Washington
Cuba es el mar de la felicidad. Hacia allá va Venezuela.
Hugo Chávez
Sólo somos curiosos en proporción con nuestra cultura.
Jean-Jacques Rousseau
Llamamos realidad a la locura que permanece y locura a la realidad que se desvanece.
Jorge Majfud
Finalmente, el viaje hacia los orígenes es más importante que los orígenes mismos.
Julia Kristeva
Usando un vestido puedo demostrar que puedo ser tan femenino como quiero. Soy un heterosexual... Gran cosa. Pero si fuera un homosexual, tampoco me importaría.
Kurt Cobain
Cuando regreses no hallarás siquiera vestigios del pasado. En el parque los cisnes se murieron y en mi boca tus besos se borraron.
Laura Victoria
Adoro el teatro y soy un pintor. Creo que los dos están hechos para ser un matrimonio con mucho amor.
Marc Chagall
El amor es como las enfermedades contagiosas, que cuanto más se temen más fácilmente se adquieren.
Nicolas Chamfort
Los hombres aspiran siempre al primer amor de las mujeres. Tal es su vanidad, poco exquisita por cierto. Nosotras, las mujeres, poseemos un instinto más sutil de la realidad. Lo que nosotras apetecemos es ser el último amor de un hombre.
Oscar Wilde
Parecería que la naturaleza se hubiera construido de antipatías; pues sin nada que odiar, perderíamos toda gana de pensar y actuar.
William Hazlitt