La especie más temible de los vanidosos es la de los que tienen, en efecto, motivos para su vanidad.
Gregorio Marañón
Y Mortadelo y Filemón, también.
Alfredo Pérez Rubalcaba
Ganarse la felicidad implica trabajar para conseguirla, y hacer el bien y no especular ni ser un holgazán. La holgazanería podrá parecer atractiva, pero la satisfacción solo la da el trabajo.
Ana Frank
Termine siempre el nombre de su hijo con una vocal, de modo que cuando usted le grita el nombre llevará.
Bill Cosby
En arquitectura, los valores cambian de acuerdo con el proyecto que se tenga entre manos. Si se trata de construir un museo de arte contemporáneo, pues sí, su aspecto artístico es importante, mientras que también debe contribuir al entorno en que fue construido. Pero siempre deben quedar claras las prioridades.
César Pelli
No quiero labrar mi felicidad; quiero realizar mi obra.
Friedrich Nietzsche
El odio es la venganza del cobarde.
George Bernard Shaw
El teatro no es lugar para laboriosas especulaciones, sino para representaciones entretenidas.
H. L. Mencken
Pocas cosas son tan importantes como poner a las personas adecuadas en los lugares adecuados.
John C. Maxwell
La cuestión está en defender la propia vida, en defender la propia verdad y en defenderla con libertad, porque si no, no es propia.
José Luis Sampedro
Se necesita que una persona nos quiera con ferocidad para poder existir.
Joyce Carol Oates
Las religiones son uno de los peores ingredientes que las humanidades han ido produciendo.
Julio Anguita
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que la forma más probable en que el mundo sea destruido es por accidente. Y ahí es donde entramos en juego; nosotros somos informáticos. Nosotros causamos accidentes.
Nathaniel Borenstein
Incluso a un dios le es difícil amar y ser sabio a la vez.
Publilio Siro
Creo, como los antiguos griegos, que la verdad debe triunfar por su propia fuerza.
Roger Peyrefitte
Vinieron casualmente a mis manos unas escrituras bárbaras, más antiguas que las doctrinas de los griegos y, si a los errores de éstos se mira, realmente divinas. Y hube de creerlas por la sencillez de su dicción, por la naturalidad de los que hablan, por la previsión de lo futuro, por la excelencia de los preceptos y por la unicidad de mando en el universo.
Taciano