¡Qué gentes! Todo es en ellos latrocinio, locura, estupidez. Tendremos que estar varios años maldiciendo la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales, y aún no habremos acabado. ¿Cómo poner peros, aunque los haya, a los del otro lado?. Y aun es mayor mi dolor por haber sido amigo de tales escarabajos.