Me colmas como la sangre en la herida fresca derramándote en su oscura huella.
Gottfried Benn
El corazón no habla pero acierta.
Anónimo
No se puede seguir reduciendo indefinidamente el presupuesto de la justicia o de la educación, la paga de los policías, la dotación de los servicios de incendios, el número de camas o de turnos de médicos o de quirófanos en un hospital.
Antonio Muñoz Molina
El fotógrafo es el ser contemporáneo por excelencia; a través de su mirada el ahora se vuelve pasado.
Berenice Abbott
La crítica nace del malestar interior de la persona que la emite y de la frustración que siente.
Bernardo Stamateas
Cuando aprenderemos que los años solo son años y que las cosas grandes deben venir cuando nosotros las busquemos.
Elísabet Benavent
No me gustan los guerreros; estrechos de miras y nada finos. ¡El honor! ¡el honor ha matado a millares y nunca ha salvado a nadie!
Gary Leonard Oldman
(Amor) es fuerza voluntariosa y una voluntad forzosa, y es una blanda porfía, y es una dulce agonía, guerra apacible amorosa.
Gregorio Silvestre
El cambio es inevitable en la música, las cosas cambian.
John Coltrane
Después de todo, ¿qué es una mentira? No más que la verdad enmascarada.
Lord Byron
No amaba menos, sino al contrario. Pero el peso del amor, como el de un brazo tiernamente posado sobre un pecho, se hacía cada vez más difícil de soportar.
Marguerite Yourcenar
Es difícil mantener la ambición del Barcelona. No es sencillo ganar todos los años, el tercero, el cuarto, no sé qué hace Guardiola que tiene a todos los jugadores contentos. Encuentra sitio a todos, además maneja la cantera.
Pep Guardiola
Condorito: SI, está bien, el mundo lo comprendo yo a mi manera, pero dime una cosa, pulpo: si yo no fuera tan buen actor de la vida, ¿De qué vivías antes que yo naciera? Pepo: ¡Plop!
Pepo
El derecho es para cada uno la facultad de exigir de los otros el respeto a la dignidad humana en su persona.
Pierre Joseph Proudhon
¡El mundo es una controversia!
Ramón María del Valle-Inclán
La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?
Sigmund Freud