Sólo vemos lo que conocemos.
Goethe
La guerra no es más que un asesinato en masa, y el asesinato no es un progreso.
Alphonse de Lamartine
Por un clavo se pierde una herradura, y por una herradura un caballo, y por un caballo un caballero.
Anónimo
Me parece fundamentalmente, deshonesto y dañino para la integridad intelectual creer en algo sólo porque te beneficia y no porque pienses que es verdad.
Bertrand Russell
Nada debe despreciarse a los fines de la guerra.
Cornelio Nepote
Yo me siento no no, yo no me siento loco en ningún sentido, al contrario, yo lo que me siento es que me hace falta comer gente. Porque ya tu sabes como es la cosa, las cosas son normales, independientes. Hacer todo lo que le provoque a uno y más nada...
Dorangel Vargas
Comúnmente se piensa en la muerte como en una exposición de escultura: suponiendo que va a ir a ella todo el mundo menos uno mismo.
Enrique Jardiel Poncela
Estoy satisfecho con lo que he encontrado, tengo los mejores músicos del mundo y la mejor ópera del mundo.
Frédéric Chopin
Hay espíritus que enturbian sus aguas para hacerlas parecer profundas.
Friedrich Nietzsche
En lugar de decir yo no valgo nada, la mentira moral dice por boca del decadente: nada hay que tenga valor, la vida no vale nada.
Ocúpate del alma, dijo el gordo vendedor de carne.
Joaquín Sabina
Nada nuevo hay en la crónica de la ciudad que llame la atención...
José Asunción Silva
Estamos sanos sólo en la medida en que nuestras ideas son humanas.
Kurt Vonnegut
Me gusta la idea de que soy yo y los fans y que somos un grupo de personas que les gusta las mismas cosas ¡Yo los apoyo y ellos me apoyan!
Marina and the Diamonds
La falta de un sentido de la historia es la condena del mundo moderno.
Robert Penn Warren
No fue el cariño el que formó el hogar, sino el deseo, quien levantó sus muros, quien ideó ese poco de cárcel y ese poco de fortaleza que hay en cada casa, y también el que creó esa concreción admirable de vida que se basta a sí misma, esa síntesis suficiente de todo cuanto puede haber en el universo: un hombre y una mujer.
Wenceslao Fernández Flórez