Cuando con toda nuestra debilidad y nuestros esfuerzos proseguimos nuestro trabajo sin distraernos, vemos con frecuencia que, caminando reposadamente y costeando, avanzamos más que otros a fuerza de vela y remo... Y, sin embargo, siempre está contento de sí mismo el que marcha al lado de los demás o logra adelantarse.