Los poetas jóvenes, en vez de preguntarse constantemente si tal asunto ha sido ya tratado y recorrer los puntos cardinales en busca de sucesos inauditos, deberían hacer algo con asuntos sencillos. Lo que pasa es que hacer algo con un asunto sencillo tratándolo magistralmente, es cosa que exige espíritu y talento, y esto es lo que falta.