Con los negocios sucede lo mismo que con el baile: hácese indispensable que las personas bailen al compás.
Goethe
La gran masa del pueblo puede caer más fácilmente víctima de una gran mentira que de una pequeña.
Adolf Hitler
En una reacción química ordinaria la masa permanece constante, es decir, la masa consumida de los reactivos es igual a la masa obtenida de los productos.
Antoine-Laurent de Lavoisier
Cuando alguien tiene la humildad de escuchar -primitivo e indispensable signo de inteligencia-, es capaz de aprender algo de casi todo el mundo.
Begoña Aranguren
Los discípulos son la mejor biografía del maestro.
Domingo Faustino Sarmiento
Eres de la raza del sol: moreno, ardiente y oloroso a resinas silvestres.
Dulce María Loynaz
¿Y el vicio privado no hace indigno a un hombre de ejercer un cargo público? La señora Albion miró a Mercy con genuino asombro y dijo, riendo: - Bueno, si así fuera, no habría nadie para gobernar la tierra. Mercy guardó silencio.
Edward Rutherfurd
Creo que el futuro de la humanidad está en el progreso de la razón a través de la ciencia.
Émile Zola
Hay un pasado que se fue para siempre, pero hay un futuro que todavía es nuestro.
Frederick William Robertson
La historia universal es el progreso de la conciencia de la libertad.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Toda idealización empobrece la vida. Embellecerla es quitarle su carácter de complejidad, es destruirla.
Joseph Conrad
También la historia del Diluvio la copiaron de la tradición religiosa caldea, en la que el Noé asirio se llama Hasisadra y tras la inundación su arca se posa sobre el monte Nasir. (Ararat en la Biblia).
Juan Eslava Galán
Cuando en mis sienes calme la divina tormenta, reclinaré, jugando con tus bucles espesos, sobre tu núbil seno mi frente soñolienta, sonora con el ritmo de tus últimos besos.
Paul Verlaine
La solución a los problemas de dinero no está en el dinero sino en una mentalidad diferente.
Raimon Samsó
Un hombre que nunca cometió errores, nunca hizo nada.
Robert Baden-Powell
Merecen elogio los hombres que en sí mismos hallaron el ímpetu y subieron en hombros de sí mismos.
Séneca