Quiero que llegue, pero no deseo acercarme a tu voz y no quemarme.
Gloria Fuertes
Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas.
Antonio Machado
A veces no vemos lo que tenemos más cerca.
Blanca Miosi
La adicción no es más que un sustituto muy degradado de una verdadera experiencia de gozo.
Deepak Chopra
El amor por el arte y saber sujetar un pincel no te convierten en artista. Necesitas un misterio interior y eso, mi querido Billy, tú no lo has poseído nunca.
Geoffrey Rush
El amor sin admiración sólo es amistad.
George Sand
Todo argot es metáfora, y toda metáfora es poesía.
Gilbert Keith Chesterton
El cuerpo político, lo mismo que el humano, comienza a morir desde el momento de su nacimiento y lleva en sí mismo las causas de su destrucción.
Jean-Jacques Rousseau
El del corpiño rojo va dando lecciones de moral y es la persona más amoral de España. Ese que cree que está casado con Cocó Chanel.
Jesús Gil y Gil
Las noticias políticas no son más que declaraciones. Es como el mundo del fútbol, los presidentes se calumnian, se intrigan, protestan, pero ¿quién gobierna los países? Las finanzas internacionales.
José Saramago
Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos.
Luis Cernuda
Uno se percata de que envejece a través y por conducto de las relaciones con el prójimo; uno mismo tiene tendencia a verse bajo la especie de la eternidad.
Michel Houellebecq
Puede ser que la religión esté muerta. Si es así, mejor intentemos descubrir otras fuentes de fuerza moral, antes de que sea demasiado tarde.
Pearl S. Buck
La tribuna donde toman asiento los periodistas se ha convertido en el cuarto poder del estado.
Thomas Macaulay
Cuando tienes el síndrome de abstinencia, tan intolerable resulta hacer lo que sea como no hacer nada. Un hombre podría morirse, simplemente, por no ser capaz de soportar la idea de permanecer dentro de su cuerpo.
William Burroughs
Hay puñaladas en las sonrisas de los hombres; cuantos más allegados éstos, más peligrosas aquéllas.
William Shakespeare