La verdad no es lenguaje de cortesanos; no suele sonar sino en los labios de quien ni espera ni teme nada del poder de otros.
Giuseppe Mazzini
La Inmaculada Concepción de María Santísima: al deseo ardiente de no poner obstáculo entre Dios y mi alma, nada que sea pecado, ni mortal ni venial, ha de tener esta actitud; no por temor, sino por amor a nuestro Padre Dios cuya ley ha escrito Él en nuestras almas y a cuyo cumplimiento nos está cada día invitando con suavidad infinita.
Alberto Hurtado
El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
Aristóteles
En los orígenes de la religión católica estuvieron San Pedro y San Pablo. Estos dos caballeros se pelearon seis años y casi llegaron a las trompadas. Ahora, si esos santos varones no pudieron ponerse de acuerdo, calcule para nosotros.
Augusto Pinochet
Me gusta mezclar mi look. Si mi pelo esta rizado, me gusta llevar un vestido largo, me gusta que sea negro, y que lleve accesorios de calaveras también, o Converse. ¿People Magazine?
Avril Lavigne
Mi ambición se ve obstaculizada por mi pereza.
Charles Bukowski
Y esta es mi vida, bienvenidos al show de Eminem.
Eminem
Los órdenes naturales, tales como el mercado, no pueden ser captados por nuestros sentidos, sino que sólo cabe descubrir su existencia por vía del intelecto.
Friedrich Hayek
Estaba abrazando a la bomba atómica.
Héctor Veira
El sabio prefiere la izquierda.
Lao-Tse
Quien siembra virtud, fama recoge.
Leonardo da Vinci
Por ruego de aquél punteaba en ocasiones para alguna endecha antigua o espinela amorosa las cuerdas de la guitarra. ¡Ah galardones de la dicha expresa en versos campesinos! ¡Ah tristes ingenuos que resucitaban infortunios, porque el amor, como el vino, revive las penas!
Leopoldo Lugones
Porque sin lazos ni abrazos todo se rompe en pedazos.
Nach
¿Hay alguien más que se le haya muerto el perro, el canario, o un abuelo, y quiere dejar la Academia? Ahí afuera hay mucha gente currando a la que se les mueren familiares pero no abandonan su trabajo.
Risto Mejide
Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechosa como el amor, pues éste penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más el corazón que el amor.
Umberto Eco
Existe lo que se llama la actitud durante la tormenta. Cuando uno es sorprendido por una repentina tormenta, se puede o bien correr lo más aprisa posible o bien colocarse rápidamente bajo los aleros de las casas que bordean el camino. De todos modos nos mojaremos. Si uno ya estuviera preparado mentalmente a la idea de estar mojado, se estaría a fin de cuentas muy poco contrariado con la llegada de la lluvia. Se puede aplicar este principio con provecho en todas las situaciones.
Yamamoto Tsunetomo