Los únicos goces puros y sin mezcla de tristeza que le han sido dados sobre la tierra al hombre, son los goces de familia.
Giuseppe Mazzini
Cuando naciste, tú llorabas y todos a tu alrededor sonreian; vive tu vida de manera que cuando mueras, tú sonrías y todos a tu alrededor lloren.
Anónimo
La táctica constituye la enseñanza del uso de las fuerzas armadas en los encuentros, y la estrategia, la del uso de los encuentros para alcanzar el objetivo de la guerra.
Carl von Clausewitz
En Nicaragua no hay que pensar mucho para convencerse que el camino armado es el único viable.
Carlos Fonseca
Pues mi noción de la justicia es ésta: los hombres no son iguales.
Friedrich Nietzsche
Existen tres caminos a la ruina: El vino, las mujeres y los tecnócratas atrapados entre el ser y el deber ser.
Georges Pompidou
El miedo que me dominaba no era un miedo racional, sino un terror pánico, no sólo a causa de los marcianos, sino también debido a la tranquilidad y el silencio que me rodeaban. Tal fue su efecto, que corrí llorando como un niño. Cuando hube emprendido la carrera ni una sola vez me atreví a volver la cabeza.
H. G. Wells
El amanecer es siempre una esperanza para el hombre.
J. R. R. Tolkien
La vida tiene un sentido si uno quiere dárselo.
Jean-Paul Sartre
Y sabemos la gran diferencia que existe entre obrar exclusivamente por motivos de religión y de conciencia, a obrar exclusivamente por motivos de temor y de respetos humanos.
Jerónimo Usera
Nos dimos cuenta de que algo anda mal, si todos se enojan por el hecho de ver a dos personas desnudas.
John Lennon
Lo más admirable de las democracias es la facilidad con la que cualquier persona puede pasar de la crónica policial a la crónica social.
Mário Quintana
El verdadero anfitrión es el que da la cena.
Molière
No hay que empezar la casa por el tejado.
Proverbio
Un científico tiene la libertad, y debe tomársela, de plantear cualquier cuestión, de dudar de cualquier afirmación, de buscar cualquier evidencia, de corregir errores.
Robert Oppenheimer
Entre tu aurora y mi ocaso, el tiempo desaparecía y era nuestra y era mía sangre, labio, vino y vaso.
Salvador Novo