El posmodernismo no es más que un grado suplementario en la escala de la personalización del individuo dedicado al self-service narcisista y a combinaciones caleidoscópicas indiferentes.
Gilles Lipovetsky
Sin dogma no hay religión, sino simplemente espíritureligioso.
Adolf Pichler
Somos anarquistas por un sentimiento que es la fuerza motriz de todos los verdaderos reformadores sociales y sin el cual nuestro anarquismo sería una mentira o un sin sentido. Este sentimiento es el amor por los hombres, es el hecho de sufrir por los sufrimientos ajenos.
Errico Malatesta
Todos los temas se vuelven buenos por mérito del autor ¡Oh, joven artista!, ¿esperas un tema? Todo es tema, el tema eres tú mismo, son tus impresiones, tus emociones frente a la naturaleza. Dentro de ti es donde debes mirar, y no a tu alrededor.
Eugène Delacroix
La verdad no pierde por niña, ni la mentira gana por anciana.
Fernán Caballero
El hombre sin educación es la caricatura de si mismo.
Friedrich Schlegel
En pleno otoño mi vecino ¿Cómo vive?
Matsuo Basho
Es corriente ver cómo las buenas intenciones, si no se llevan adelante con moderación, empujan a los hombres a inconvenientes resultados.
Michel de Montaigne
La serena razón huye de todo extremismo y anhela la prudencia moderada.
Molière
Dar la espalda a la sombra y volver el rostro a la luz, por débil que sea. Busca siempre un camino de salvación, una zona de bienestar, un medio de seguir adelante. Nunca se deja de hallarlos.
Noel Clarasó
Sólo ganamos tres puntos, pero el cómo queda para siempre.
Pep Guardiola
Un no, nunca es, en boca de una mujer, una negación.
Philip Sidney
La condición de la mujer es tristísima: ¡condenada a esperar, a esperar indefinidamente!
Severo Catalina
El acto de contar es esencialmente humano. Sentimos necesidad de contar lo que pasa y lo que les pasa a otros para encontrar el sentido de la vida.
Silvia Adela Kohan
Actualmente, la sociedad está más relacionada con la economía y las finanzas.
Tadao Ando
Un cambio de ambiente es la falacia tradicional en la que confían los amores -y los pulmones- condenados.
Vladimir Nabokov