No hay cosa tan contraria al sentimiento de compasión como ver a un desventurado a quien no han aprovechado ni enseñado las lecciones de la desgracia, maestra suma de la vida.
Giacomo Leopardi
El dinero no lleva más que al egoísmo, y conduce irremediablemente al abuso.
Albert Einstein
El alma es la causa eficiente y el principio organizador del cuerpo viviente.
Aristóteles
Probablemente nada en el mundo suscita tantas falsas esperanzas como las primeras cuatro horas de un régimen dietético.
Arnold Bennett
Si el conductor no es honesto y no cree en lo que dice, el público no creerá nada.
Chabelo
Ladrad, perros, que yo frenaré vuestras lenguas con bozal más apretado que de bruñido acero, hasta los conductos de vuestras odiosas gargantas.
Christopher Marlowe
Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día.
Epicuro
Esto, la música de Bach es algo que hay que aprender.
Johann Sebastian Bach
Mira que la edad miente, mira que del almendro más lozano parca es interior breve gusano.
Luis de Góngora
Sigo siendo libre, nada es complicado a tu lado. Tú me haces libre, estoy irreconocible desde que te conocí, más vivo y más sensible, porque estás aquí, contando tus segundos junto a mí
Nach
En la guerra, cualquier bando puede llamarse vencedor, pero no hay ganadores, todos son perdedores.
Neville Chamberlain
Nuestra amistad no depende de cosas como el espacio y el tiempo.
Richard Bach
No te enfades, véngate.
Robert Kennedy
El que decide un caso sin oír a la otra parte, aunque decida justamente no puede ser considerado justo.
Séneca
Pero cuando aprendes a programar una computadora casi nunca obtienes lo que quieres la primera vez. Aprender a ser un maestro programador es aprender a ser diestro en localizar y corregir bugs, las partes que evitan que el programa funcione. La pregunta que debe hacerse sobre un programa no es si está bien o está mal, sino si es que éste puede ser corregido.
Seymour Papert
El grado de certeza con que nuestros mapas mentales describen el territorio no altera su existencia.
Stephen Covey