¿Cuánto de nuestras vidas podríamos disfrutar si acariciamos nuestra vida en vez de nuestras baratijas?
Gerry Spence
Siempre espera una bella respuesta quien hace bellas preguntas.
E. E. Cummings
Casi cualquier modelo propuesto para un cambio puede estimular la reflexión sobre temas en los que es necesario pensar. Puede que esto sea más importante que el modelo propuesto.
Edward De Bono
Mi revolución se dirige a la llamada armonía tipográfica de la página que se oponen al flujo y reflujo, a los saltos y estallidos del estilo que la unifica.
Filippo Tommaso Marinetti
Ocio no significa inactividad; es la libertad de hacer cualquier cosa.
Floyd Dell
A ti te odio más, pues atraes pero no eres lo suficientemente fuerte como para retenerme junto a ti.
Friedrich Nietzsche
La palabra una vez hablada, vuela y no torna.
Horacio
El agotamiento de recursos naturales y la degradación del medio ambiente, son una especie de préstamo tomado del futuro, tanto más odioso cuanto que son deudas que no se ven.
Joseph Stiglitz
Alberto es una persona nerviosa, lo que no es malo. Yo también lo soy. Siempre pensamos que tenemos que hacer más, trabajar más, ser mejores.
Lance Armstrong
Carlos Reutemann siempre fue la reserva porque nunca logramos que juegue en primera.
Luis Juez
Por hermoso y gallardo que seáis, si una mujer os rechaza, no deduzcáis inmediatamente que ella posea una castidad inviolable; no se podría asegurar que el mozo de muletas deje de tener mayor suerte.
Michel de Montaigne
El divorcio es indispensable en las modernas civilizaciones.
Montesquieu
¡Pobre de mí! El amor no se cura con hierbas.
Ovidio
Llegar a los recuerdos lleva su tiempo, y mucho más si el dolor está presente.
Sandra Barneda
Ahora, el general que gana una batalla hace muchos cálculos en su cuartel, considera muchos factores antes de que ésta se libre. El general que pierde una batalla hace pocos cálculos en su cuartel, considera pocos factores antes de que ésta se libre. Muchos cálculos llevan a la victoria, pocos cálculos llevan a la derrota.
Sun Tzu
Considero yo muchas veces, Cristo mío, cuán sabrosos y cuán deleitosos se muestran vuestros ojos a quien os ama, y Vos, Bien mío, queréis mirar con amor.
Teresa de Jesús