Cuando veías el casco amarillo en tus espejos, sabías a que atenerte.
Gerhard Berger
Todas las formas de la autoridad tienen en común que permiten ejercer una acción que no provoca reacción, porque quienes podrían reaccionar se abstienen consciente y voluntariamente de hacerlo.
Alexandre Kojève
Mírame y dime lo que ves, mírate y dime en que se parecen A y B.
Amaia Montero
Mi lengua es afilada y ácida. A veces también dulce.
Chenoa
No se sabe la fuerza moral que pierde la exhortación a un desdichado cuando se la dirige el que es dichoso.
Concepción Arenal
Preferiría comprender una sola causa que ser Rey de Persia.
Demócrito
La libertad de la fantasía no es ninguna huida a la irrealidad; es creación y osadía.
Eugène Ionesco
Lo que siempre me ha gustado en el hombre es que, siendo capaz de construir Louvres, pirámides eternas y basílicas de San Pedro, pueda contemplar fascinado la celdilla de un panal de abejas o la concha de un caracol.
Georg Christoph Lichtenberg
París es para los enamorados, tal vez por esa razón solo estuve allí 35 minutos.
Humphrey Bogart
El proceso mediante el cual los bancos crean dinero, es tan simple, que la mente lo rechaza.
John Kenneth Galbraith
Ocurre lo mismo con ciertos fragmentos luego de haber leído los libros completos.
Joseph Joubert
Una conversación ingeniosa con un hombre es un acorde; con una mujer, es una armonía, un concierto. De una salís satisfechos; de la otra, encantados.
La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será.
Milan Kundera
Las recompensas del mundo degradan tanto a un hombre como sus castigos.
Oscar Wilde
Más caso se ha de hacer en que haya buenos gobernadores en las ciudades, que no buenas leyes.
Pedro de Ribadeneyra
Como el ave fénix, el socialismo que renace de cada pila de cenizas dejado día tras día, por los sueños humanos quemados y esperanzas carbonizadas.
Zygmunt Bauman