El puro es el complemento indispensable de toda vida ociosa y elegante.
George Sand
El amor es una triste ilusión, cuando crees haberlo encontrado, la vida te sorprende y te ofrece algo mejor.
Cristian Saez
¿Para qué merece la pena vivir si no es para las ilusiones de todo?
Daniel Glattauer
Los grandes hombres no son grandes a todas horas ni en todas las cosas.
Federico II
En el País Vasco, en plena Europa democrática, tenemos actualmente docenas de Salman Rushdies. Reina el miedo, un miedo palpable en la vida cotidiana que hace hablar en voz baja o disimular lo que se piensa, como en los peores momentos de la dictadura franquista.
Fernando Savater
No es necesario, como se cree generalmente, renunciar a los placeres naturales antes de poder conquistar los espirituales. Por el contrario, lo disfrutamos con más exquisita fruición a medida que crecemos interiormente.
Helen Keller
La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.
Howard Phillips Lovecraft
La evolución cultural ha gestado un magnífico y precario proyecto de humanización. A saber, aumentar el ámbito de nuestra libertad, el poder de nuestra autonomía.
José Antonio Marina
Previendo los títulos de mañana, aclaro que el ministro y yo nunca hablamos de cambiar las tarifas.
Julio de Vido
Sara, estaba yo parado en la calle y me di cuenta de que este es el momento. La vida nunca será mejor ni más linda que ahora. Soy feliz. Estoy enamorado. Cásate conmigo.
Keanu Reeves
LLevo la locura en mis entrañas.
Marisa Paredes
Los viejos lo creen todo; los adultos todo lo sospechan; mientras que los jóvenes todo lo saben.
Oscar Wilde
Los problemas solo existen en el sueño; por eso su solución está en despertar.
Raimon Samsó
La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse.
Roger Martin du Gard
Si eres lo suficiente afortunado como para ser diferente de todos los demás, no cambies.
Taylor Swift
La alternativa que se ofrecía a la población era adoptar la nueva fe con entusiasmo o someterse a ella por miedo al sufrimiento. La presión era tal que nadie podía superarla. Pero las reacciones fueron distintas: unos se negaron (y aceptaron morir), mientras que otros se sometieron (y aceptaron matar).
Tzvetan Todorov