La caridad degrada a aquellos que la reciben.
George Sand
Antes de volver a entrevistarme con Franco prefiero que me arranquen las muelas.
Adolf Hitler
Excepto mis amigos íntimos, nadie sospechaba siquiera que yo era gran maestro de ajedrez: ni durante los primeros meses de la guerra, cuando yo trabajaba de tecnólogo, ni posteriormente cuando ocupaba el cargo de ingeniero jefe de la fábrica. Me conocían sólo como ingeniero.
Aleksandr Kótov
El amor faz sotil al home que es rudo, fàcele fablar fermoso al que antes es mudo, al home que es covarde fàcele atrevudo, al perezoso face ser presto e agudo.
Arcipreste de Hita
Los cabellos grises son los archivos del pasado.
Edgar Allan Poe
No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos qué forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo.
Emil Cioran
Es innegable que las cosas sencillas son las que más conmueven los corazones profundos y los grandes entendimientos.
Fernán Caballero
El amor tiende a la exageración; ésta es su fuerza y su debilidad, la causa de sus ilusiones y de sus desengaños.
Henri de Régnier
Los niños alivian todo, menos el hecho de tenerlos.
Hippolyte Taine
A veces la demarcación entre los sueños y la realidad se vuelve borrosa.
John Katzenbach
Todos tenemos un Hitler dentro, pero también amor y paz. Entonces, ¿porqué no le das una oportunidad a la paz?
John Lennon
Las mariposas abandonan la flor tras polinizarla, pero lo mismo que la vida influye en mi literatura, también mi literatura influye en mi vida.
Ko Un
Hay millones de artistas que crean; sólo unos cuantos miles son aceptados o, siquiera, discutidos por el espectador; y de ellos, muchos menos todavía llegan a ser consagrados por la posteridad.
Marcel Duchamp
La gloria no consiste en no caer nunca, sino más bien en levantarse las veces que sea necesario.
Mario Benedetti
Puede uno muy bien hacer cosas plenamente legales y ser al mismo tiempo un solemne pillo.
Massimo d'Azeglio
No, realmente no se nace para contrabajo. El camino que lleva hasta este instrumento está lleno de rodeos, casualidades y desengaños. Puedo decirle que de los ocho contrabajos de la orquesta nacional, no hay ni uno solo a quien la vida no haya zarandeado y en cuyo rostro no queden huellas de los golpes que de ella ha recibido.
Patrick Süskind