¿Un hombre puede ser valiente cuando tiene miedo? - Es el único momento en que puede ser valiente.
George R. R. Martin
La ley de la gravedad no es responsable de que la gente caiga enamorada.
Albert Einstein
El optimismo es negativo.
Amancio Ortega
Dale a la otra persona una buena reputación a la que hacer honor.
Dale Carnegie
Nadie sabe lo que es bueno. Sabemos lo que sería mejor.
Elias Canetti
Las cosas que son importantes para mí -ser madre, ser empresaria y activista- son cosas que surgen gracias a una enorme pasión.
Elizabeth Taylor
El pensamiento de Dios desciende hasta la soledad y hasta el tedio. Es el maná que llueve en el desierto.
Giuseppe Antonio Borgese
Sin embargo, incluso en la confusión más profunda, incluso en el momento en que toda solución parece lógicamente imposible, el lector sabe que todo se esclarecerá en el último capítulo. La frustración se vuelve tolerable, pues sabe que puede saltar inmediatamente a las últimas páginas.
Hubert Reeves
Mientras que a los hombres les encanta que se les reconozcan sus resultados, las mujeres se sienten apreciadas y valoradas cuando se les reconocen los esfuerzos que han hecho para alcanzar dichos resultados frente a grandes escollos.
John Gray
La posesión no es de nueve décimas partes de la ley de sus nueve décimas partes del problema.
John Lennon
Nadie puede remontarse más allá de los límites de su propio carácter.
John Morley
Si estás enamorado de 2 mujeres a la vez, escoge a la segunda, porque si amaras a la primera, no te hubieras enamorado de la segunda.
Johnny Depp
Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?
Jorge Luis Borges
Necesitamos un nuevo movimiento ecologista, con nuevos objetivos y nuevas organizaciones. Necesitamos más gente trabajando sobre el terreno, en el medio ambiente real, y menos gente detrás de pantallas de ordenador. Necesitamos más científicos y muchos menos abogados.
Michael Crichton
Detén tu marcha y trata de ser feliz.
Omar Jayam
Al final de la entrevista, la mujer más pudorosa acaba tratando al amante que la solicita, mejor de lo que tenía decidido.
Stendhal