El mundo no es sino una gran telaraña, y basta con tocar un hilo para que los demás vibren.
George R. R. Martin
... los fines por sí mismos son concebidos por personas con altos ideales éticos y? si estos fines no son endebles, sino vitales y vigorosos? son adoptados y llevados adelante por muchos seres humanos quienes, de forma semi-inconsciente, determinan la evolución lenta de la sociedad.
Albert Einstein
La mayoría de las cosas humanas son duales.
Alcmeón de Crotona
La voluntad de la nación es una de esas expresiones que más profusamente han sido objeto de abusos por parte del astuto despótico de cada época.
Alexis de Tocqueville
Un corazón amoroso es mejor y más fuertes que la sabiduría.
Charles Dickens
¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional.
Ignacio Ramonet
Los futuros no realizados son solo ramas del pasado: ramas secas.
Italo Calvino
La crisis pasará, por supuesto, pero lo hará a costa del sufrimiento de todos nosotros, porque con la mitad del dinero que se pretende inyectar para que un banco esté lleno, se podría evitar el recorte en lo más importante que hay: la educación y la sanidad.
José Luis Sampedro
El futuro es de aquellos que saben a donde pertenecen.
Kate Winslet
Si es posible, se debe hacer reír hasta a los muertos.
Leonardo da Vinci
La verdadera adoración tiene que ver con tener devoción hacia Dios.
Lucas Leys
La necesidad, según se dice, es maestra de sutilizar el ingenio.
Miguel de Cervantes
¡Que inventen ellos!
Miguel de Unamuno
En su interior había paz; nada bullía ni ejercía presión. En su alma volvía a reinar la acostumbrada noche fría que necesitaba para que su conciencia estuviera clara y tersa y pudiera asomarse hacia fuera: allí olió su perfume.
Patrick Süskind
Creo firmemente en el gobierno de la ley como la base de todos nuestros derechos básicos.
Sonia Sotomayor
Quienes hacen grandes contribuciones a la vida son quienes, aún temerosos de la llamada a la puerta, responden a ella.
Stephen Covey