Nunca he querido ser boxeador. He empezado cuando estaba en una situación de pobreza. Mi madre era la única que estaba a cargo de toda la familia, mi padre se había marchado antes. Siempre tenía hambre. Nunca tenía suficiente para comer. Por la tarde lo que hacía era boxear, no era muy bueno, pero cerraba los ojos y luego los abría y el tío estaba en el suelo.