La justicia es como el reino de Dios, no existe como un hecho sin nosotros; está más bien dentro de nosotros como un gran anhelo.
George Eliot
¿Por qué nadie llama vándalos a los partidospolíticos que llenan las paredes con su basura en vísperas de elecciones?
Arturo Pérez-Reverte
Una chica como yo, no se queda sin tu amor, y no me da lo mismo cualquiera.
Celeste Carballo
El hombre comparte de grado sus penas con otro; jamás sus alegrías.
Charles Régismanset
Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil.
Ernesto Sabato
De un tiempo a esta parte me cuesta tanto, tanto, tanto, me cuesta tanto no amarte.
Ismael Serrano
Y ahora Harry, adentrémonos en la noche y prosigamos esta peligrosa e indeseable aventura.
J. K. Rowling
Dos leyes contrarias paracen estar luchando hoy entre sí. Una es una ley de sangre y de muerte que imagina sin cesar nuevos medios de destrucción y obliga a las naciones a estar constantemente preparadas para el campo de batalla. La otra es una ley de paz.
Louis Pasteur
Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza.
Marco Aurelio
Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de vuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas.
Nicolás Maquiavelo
71 puntos son una puta barbaridad.
Pep Guardiola
Cuando las ideas no te dejan ver la realidad, no son ideas, son mentiras.
Rafael Chirbes
No luchar contra las fuerzas, utilizarlas.
Richard Buckminster Fuller
Hoy vamos a hacer un poco de historia aquí
Steve Jobs
La vida es preciosa, cuidala.
Teresa de Calcuta
Una vez que consideramos la idea de que el hombre es víctima de las circunstancias y su influencia, no solo cesamos de tratarlo como un ser humano, sino que, además, anulamos su voluntad de cambio.
Viktor Frankl