Cuando yo era un niño, el futuro era diferente.
George Clooney
Mariposa ebria, la tarde, giraba sobre nuestras cabezas estrechando sus cÃrculos de nubes blancas hacia el vértice áspero de tu boca que se abrÃa frente al mar alineando sus blancos lobeznos.
Alfonsina Storni
El aire natal es una medicina universal.
Anónimo
Creo en cierta combinación de esperanza y luz que dulcifica los peores destinos. Creo que esta vida no lo es todo; ni el principio ni el fin. Creo mientras tiemblo; confÃo mientras lloro.
Charlotte Brontë
Los de la división peso pluma no entienden que es totalmente otra cosa cuando reciben mis golpes.
Conor McGregor
Hay mucha gente que fracasa sin haber empezado, porque ni siquiera consigue pedir lo que quiere. El miedo al rechazo nos conduce, no importa qué vendamos, a rechazarnos y a rechazar nuestros propios sueños, mucho antes de que nadie más haya tenido oportunidad de hacerlo.
Jack Canfield
Los cobardes son crueles, el amor y la misericordia sólo acompañan al valiente.
John Gay
Audacia no es imprudencia, ni osadÃa irreflexiva, ni simple atrevimiento. La audacia es fortaleza, virtud cardinal, necesaria para la vida del alma.
JosemarÃa Escrivá de Balaguer
Incontables las lunas que brillaban sobre sus azoteas, o los mil soles espléndidos que se ocultaban tras sus muros.
Khaled Hosseini
Bob Dylan. Una mente fuera del tiempo.
Paul Williams
Tus bienes y tus males dependen de aquellos con quienes más te hayas juntado.
Platón
Los pequeños defectos de los grandes, son grandes defectos.
Publilio Siro
La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta.
Rabindranath Tagore
El alma es quien hace noble y es sobre ella con lo que podemos elevarnos a cualquier condición por encima de la fortuna.
Séneca
¿Dónde pongo lo hallado? En la tierra, en tu nombre, en la Biblia, en el dÃa que al fin te he encontrado.
Silvio RodrÃguez
La religión y la moral ponen un freno a las energÃas de la naturaleza, pero no las destruyen. El borracho encerrado a medio jarro de sidra por cada comida, ya no se emborrachará, pero no por ello dejará de gustarle el vino.
Voltaire