Gasté un montón de dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto simplemente lo malgasté.
George Best
La mejor receta para la novela policíaca: el detective no debe saber nunca más que el lector.
Agatha Christie
Hagamos mea culpa que también nos dormimos y casi nos hacen cartera como el yacaré, carajo.
Alfredo de Angeli
Aquella noche soñé, lo que luego escuché, y desde entonces ya sé que yo quiero contigo.
Amaia Montero
¡Qué maravillosa vida que he tenido! Ojalá me hubiera dado cuenta antes.
Colette
El amor no es algo que tú sientes. Es en lo que te conviertes.
Deepak Chopra
Ninguna opinión, verdadera o falsa, pero contraria a la dominante y general, se ha abierto paso en el mundo instantáneamente y por la virtud de una demostración luminosa y tangible, sino a fuerza de repeticiones y, por ende, de costumbre.
Giacomo Leopardi
Ahora bien, lo que han establecido los hombres no siempre es apropiado, ya sea justo o injusto; en cambio, lo que establecieron los dioses está siempre en su lugar, sea justo o injusto.
Goethe
De todos modos, la religión, bien podría decirse, las religiones, se han apresurado en todo tiempo a dirigir los instintos y movimientos humanos, causados o no por las estaciones, y a enderazarlos por los caminos de la virtud.
Ignacio Manuel Altamirano
La posteridad me honrará porque lo he merecido.
Jean-Jacques Rousseau
Convierte tus obstáculos en oportunidades.
Lance Armstrong
Es un necio quien no puede enfadarse; pero es un sabio quien no se enfada, pues el enfado nada compone y sólo castiga al mismo que se enfada.
Noel Clarasó
Acontece con frecuencia que aquellos que tienen un espíritu más mezquino, son los más arrogantes y soberbios; del mismo modo que los ánimos más nobles son los más modestos y humildes.
René Descartes
Cuando me retire, mi legado estará ahí, a no ser que vosotros los terrícolas os empeñéis en borrarlo.
Shaquille O'Neal
Pero para descubrir la verdad sobre cómo mueren los sueños una no debería fiarse de las palabras del soñador.
Toni Morrison
La plegaria, dirigida por los hombres a los dioses y enviada por los dioses a los hombres, sostenía a unos y a otros: y aún el mismo dios del brahmán, el Señor de la Plegaria, necesitaba de ella, aunque fuera el encargado de concederla.
Vicente Fatone