El Patriotismo es creer que tu país es superior a todos los demás porque tú naciste allí.
George Bernard Shaw
Ni hay dulzura cual la muerte para el que la está llamando.
Alonso de Barros
Bueno, yo creo que todos los pilotos nunca piensan que se juegan la vida, si pensaras que te vas a hacer daño, no te montas, es una pelea por dominar una moto, ese es el kit de la cuestión.
Ángel Nieto
El establecimiento se compone de hombres pequeños, muy asustados.
Bella Abzug
Porque no mucho saber harta y satisface al ánima, mas el sentir y gustar de las cosas internamente.
Ignacio de Loyola
Mi partido homenaje ha sido un parto.
Johan Cruyff
Los partidos políticos triunfan o son destruidos por sus conductores. Cuando un partido político se viene abajo, no es el partido político quien tiene la culpa, sino el conductor.
Juan Domingo Perón
La Mejor Defensa es el ataque.
Kalimán
Los gobiernos son velas; el pueblo, el viento; el Estado, la nave, y el tiempo, el mar.
Ludwig Börne
Que las mujeres no lo querían dejar... Por las cosas que pasan en la cama. -Pero, Mabel, yo no estoy de acuerdo. Las mujeres se enamoran de él porque es muy buen mozo. Eso de la cama, como decís vos, no. Porque hablando la verdad, una vez que se apaga la luz no se ve si el marido es lindo o no, son todos iguales. - ¿Todos iguales? Nené, vos no sabés entonces que no hay dos iguales.
Manuel Puig
El trabajo dignifica... el coño de tu abuela dignifica pedazo de mamoń, con acento en la n pa joder.
Pepe Rubianes
Ese débil método de educación al que solemos llamar indulgencia, destruye toda la fuerza del alma y del cuerpo.
Quintiliano
No he tenido problema alguno con el rechazo, porque cuando te adentras en una audición estás rechazado de antemano. Hay cientos de otros actores. Estás detrás de la bola ocho cuando te adentras allí.
Robert De Niro
Antes del partido pensé que Pelé era de carne y hueso, como yo. Luego comprendí que estaba equivocado.
Tarcisio Burgnich
Lo inverosímil es lo que más se parece al milagro.
Umberto Eco
La opinión es la enemiga directa de la verdad.
Vincenzo Gioberti