A los empresarios les gustan las asambleas porque ellos las inventaron.
George Bernard Shaw
Los hombres pueden hacer leyes para poner trabas y obstaculizar la votación, pero no pueden impedir o retardar el crecimiento y la maduración de nuestra conciencia.
Booker T. Washington
OTAN, de entrada, no.
Felipe González
He tenido guantes de boxeo desde antes de que pude caminar y he estado en gimnasios toda mi vida.
Floyd Mayweather
Un hombre no es suficiente.
Heather Locklear
El amor es la poesía de los sentidos.
Honoré de Balzac
Me gustan los poemas que puede virar por todas partes.
John Ashbery
Quien da de lo suyo, de su talento, de su cultura, a los demás y lo hace con gratuidad, reparte los mejores bienes, aquellos que no perecen.
José María de Areilza
Muchos hombres creen que soy un concepto, o que quizás les complemento, o que voy a darles vida. Sólo soy una mujer jodida que busca su propia paz de espíritu, no me asignes la tuya.
Kate Winslet
Era el pueblo de Mayo quien sufría, no ya el rigor de un odio forastero, sino la vergonzosa tiranía del olvido, la incuria y el dinero. El mismo pueblo que ganara un día su libertad al filo del acero tanteaba el porvenir, y en su agonía le hablaban sólo el Río y el Pampero.
Leopoldo Marechal
Tu primer deber es procurar tu propia felicidad. Siendo dichoso, harás también dichosos a los demás. El hombre dichoso no puede ver más que gente dichosa en torno suyo.
Ludwig Feuerbach
Quiero insistir con que mucho mejor es ser prestigioso que popular, que mucho más importante es el recorrido con el que uno llega a un lugar que el éxito o no que se obtenga en la búsqueda, que los hechos son mucho más significativos que las palabras, que demostrar es mucho más importante que hablar, que hay que permitir que ingrese la información que riega nuestra parte noble y evitar que ingrese la información que estimula nuestros bajos instintos.
Marcelo Bielsa
La palabra diva me huele a naftalina.
Moria Casán
Entre col y col, lechuga.
Proverbio
La seguridad representa nuestro sentido de la valía, nuestra identidad, nuestra base emocional, nuestra autoestima, nuestra fuerza personal básica (o la ausencia de ella).
Stephen Covey
Compraba las colinas con baluartes, con el pecho de las palomas, con el anca de las terneras. Comparaba las flores con el esmalte, el césped a las alfombras turcas adelgazadas por el uso. Los árboles eran brujas decrépitas, las ovejas peñas grises. Cada en cosa, efecto, era otra cosa.
Virginia Woolf