El arte, la religión y la filosofía sólo difieren por la forma; su objeto es el mismo.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Las madres perdonan siempre: han venido al mundo para eso.
Alejandro Dumas
Las sembradoras están a punto de oxidarse porque ni siquiera las engrasamos para sembrar trigo, y esto es culpa del gobierno nacional.
Alfredo de Angeli
El escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe por qué está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no sepa ni hacia dónde ni por qué razón.
Antonio Gala
Soy repetidor de Whitman, a quien amé hasta el plagio.
Facundo Cabral
La moderación, la tolerancia y la justicia rigen el corazón y desarman el descontento.
Francisco de Paula Santander
El campo de la abstracción científica abarca los reinos independientes de las ideas y de los experimentos y dentro de estos, los soberanos cuya fama dura más que los siglos.
Fritz Haber
No hay nada bueno de lo que no se pueda abusar.
Gregorio Marañón
Malvina odiaba aquella tierra, la ciudad llena de murmuraciones, de los dimos y diretes. Odiaba aquella vida y contra ella pensaba luchar. Comenzó a leer, encaminada por Juan Fulgencio, que le recomendaba libros. Descubrió otro mundo más allá de Ilhéus, donde la vida era bella, donde la mujer no era esclava.
Jorge Amado
Si bebo mucho café, lloraré descafeinado.
Josh Homme
La niebla rojiza que flotaba sobre el suelo era un reflejo del neón del barrio de placer. Una gota de lluvia humedeció la mejilla de Bird: el césped olía tan bien porque estaba a punto de llover.
Kenzaburo Oe
Solo la verdad podría romperme. ¿Qué hay más duro que la verdad?
Patrick Rothfuss
¿Qué es lo que quiero expresar con mi trabajo? La armonía a través del equilibrio de las líneas, los colores y los aviones, pero sólo en la forma más enérgica.
Piet Mondrian
El engaño y la astucia sólo son propios de los débiles.
Séneca
A quien mira lo ajeno, lo suyo propio no le contenta.
La sarna no se cura eliminando al perro, cuando así se pretende, es porque lo que se detesta no es la sarna, sino a los perros.
Valérie Tasso