La lectura del periódico es la oración matinal del hombre moderno.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Las injurias tienen, sobre las razones, la gran ventaja de ser admitidas sin prueba alguna por un gran número de lectores.
Alessandro Manzoni
El defecto fundamental del carácter femenino consiste en que no tiene sentido de la justicia.
Arthur Schopenhauer
La rebeldía es el único refugio digno de la inteligencia frente a la imbecilidad.
Arturo Pérez-Reverte
Nada nos hiere tanto como hallar una flor sepultada en las páginas de un libro. La lectura calla; y en nuestros ojos, lo triste del amor humedece la flor de una antigua ternura.
Carlos Pellicer Cámara
Si alguna vez has estado triste sin motivo, es que lo has estado toda tu vida sin saberlo.
Emil Cioran
Lauda es peor que Judas. Se vendió a la competencia por unas pocas monedas.
Enzo Ferrari
Los que de corazón se quieren sólo con el corazón se hablan.
Francisco de Quevedo
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
Friedrich Nietzsche
Pero la vida de ella era fría como una buhardilla, con tragaluz al norte y donde el hastío, araña silenciosa, tejía su tela en la penumbra por todos los rincones de su corazón.
Gustave Flaubert
Que sois unos hijos de puta...
Jesús Gil y Gil
Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula.
John Kenneth Galbraith
Y así dos orillas tu corazón y el mío, pues, aunque las separa la corriente de un río, por debajo del río se unen secretamente.
José Ángel Buesa
Wikileaks se financia enteramente gracias a la gente. Todo lo que hacemos depende de vosotros. Pero estas empresas politizadas creen que tienen el derecho de impediros votar con vuestra cartera; quieren que dejéis de apoyar la causa en la que creéis.
Julian Assange
La educación gratuita es siempre una buena inversión que todas las sociedades deben hacer.
León Lederman
Entre la idea y la realidad, entre la moción y el acto, cae la sombra.
T. S. Eliot