Los hombres más eruditos no son precisamente los más sabios.
Geoffrey Chaucer
Si supieran los hombres cuán semejante es su suerte bajo aparienciasdiferentes, se envidiarían mucho menos los unos a los otros; por el contrario, en vez de desunirlos la mano del Destino, se unirían para soportar juntos el peso que los agobia.
Adolphe Thiers
Mi verdadero yo no estaba donde quería estar; mi verdadero yo quería subir a ese tren. Sabía que en algún punto nos habíamos equivocado de vía y sufría por ello.
Alfredo de Hoces
Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco.
Benjamin Franklin
Nuestro amor fue un amor del momento, mi cariño fue un ave de paso y tu beso de miel y de raso fue un vaso sagrado que no olvidaré.
Enrique Cadícamo
Si yo anunciara mi patrimonio, la gente diría: ¡anda!, si decían que era rica, y no es para tanto.
Esperanza Aguirre
Lo primero que recuerdo, y también lo último, es que quería trabajar como enfermera o, al menos, quería trabajar en la enseñanza, pero en la enseñanza de los delincuentes más que en la de los jóvenes. Sin embargo, yo no había recibido la educación necesaria para ello.
Florence Nightingale
Tengo la fortuna de haber hecho canciones que perduran y eso hace que yo esté aquí todavía.
Fraco De Vita
La verdadera elocuencia consiste en no decir más de lo que es preciso.
François de La Rochefoucauld
A mí me gusta el jolgorio que no obliga a los amigos, a la mañana siguiente, a mirarse avergonzados unos a otros.
Izaak Walton
Queremos el Mundo, ¡y lo queremos ahora!
Jim Morrison
La persona humana tiene una necesidad que es aún más profunda, un hambre que es mayor que aquella que el pan puede saciar es el hambre que posee el corazón humano de la inmensidad de Dios.
Juan Pablo II
Cada cual tiene su concepción del éxito. Lo importante es estar bien con uno mismo y ser honesto.
Letizia Ortiz
El corazón del hombre es como el horizonte: una parte del cielo; pero, como el horizonte, cambia noche y día.
Lord Byron
Aunque la traición aplace, el traidor aborrece.
Miguel de Cervantes
La realidad cotidiana siempre lleva un desfase horario con respecto al mundo de los horrores, ese lapso de tiemponecesario para transformar en noticias las pesadillas.
Rafael Estrada Delgado