Todos los que se rindan se salvarán; quienquiera que no se rinda, sino que se oponga con lucha y discordia, será aniquilado.
Gengis Kan
Tales son las recompensas de las letras; tales son sus consuelos. Yo mismo, aun siguiendo de tan lejos a sus favorecidos adoradores, yo mismo he podido participar de sus beneficios, y saborearme con sus goces.
Andrés Bello
No intento que sientas como yo, veas como yo o seas como yo, lo que en realidad quiero nena, es ser tu amigo.
Bob Dylan
Sé tú, e intenta ser feliz, pero sobre todo, sé tú.
Charles Chaplin
Antes, los cinco sentidos, estaban abiertos y, más temprano que en cualquier comienzo, esperaron, listos, por todos los que a sí mismos se llamaran mortales, para que de este modo ellos pudieran alabar, como yo hago, vida, eso que es la felicidad.
Czeslaw Milosz
Los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal.
Enrique Tierno Galván
El hombre es impotente frente al hombre: esta es su más dolorosa miseria.
Félicité Robert de Lamennais
¡Socorro, los amo!
Gustavo Cerati
A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho.
Jacinto Benavente
¿Por qué las cosas son como son y no de otra manera?
Johannes Kepler
Los celos son la icteria del alma.
John Dryden
Pero -repitió Scarlett tercamente, como una niña que cree que exponer su deseo es conseguirlo-, pero yo te quiero. - Ésa es tu desgracia.
Margaret Mitchell
Toda cosa se convierte en un placer cuando se hace a menudo. Éste es uno de los secretos más importantes de la existencia.
Oscar Wilde
La autoridad es la corona de la vejez.
Plutarco
En el amor reside la fuerza y cualquiera que ama mucho, hace mucho y puede lograr mucho, porque eso hace el amor.
Vincent van Gogh
El ser humano no tiene un destino, sino que el sujeto del destino es como tal indeterminable. Puede el juez ver destino donde quiera; al castigar, lo dicta ciegamente. Y aunque el hombre no queda afectado por esto, sí se afecta la mera vida en él, que, en virtud de la luz, participa en la culpa natural como participa en la desdicha.
Walter Benjamin