Aquella vez, en ParÃs, cuando llegué al vestuario, me felicitaba todo el mundo, y lo primero que pensé fue: debo ser el peor campeón de Roland Garros de la historia.
Gastón Gaudio
Los brutos dejan la ingratitud para el hombre.
Charles Caleb Colton
Nuestra vida es demasiado corta para sondear abismos tan profundos.
David Hume
En la provincia tenemos la mejor policÃa del mundo. Dicha durante 1.994.
Eduardo Duhalde
Cuando uno se siente incapaz de escribir, se siente exiliado de sà mismo.
Harold Pinter
Hace un año, hace seis meses, pensaba que era un artista. Ya no lo pienso, lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de mÃ. Ya no hay más libros por escribir, gracias a Dios.
Henry Miller
El amor es el arquitecto del universo.
HesÃodo
Un hombre que rÃe nunca será peligroso.
Horace Greeley
Entonces comprendà que no se debe vivir a lo poeta, sino a lo hombre.
Jaime Sabines
Qué difÃcil deshacerse del todo de las costumbres y creencias superficiales de los que nos preceden, cuyo simulacro conservamos a veces durante toda una vida -una vida más- por superstición y por respeto a ellos, las formas y los efectos tardan más en desaparecer y olvidarse que las causas y los contenidos.
Javier MarÃas
Mas, ay, que es la mujerángel caÃdo, o mujer nada más y lodo inmundo, hermoso ser para llorar nacido, o vivir como Autómata en el mundo.
José de Espronceda
Los antiguos temÃan a la muerte; el cristiano sólo puede temer al morir.
Julius Charles Hare
Es bastante fácil ser servicial con los amigos. Pera favorecer a quien se considera nuestro enemigo es la quintaesencia de la religión.
Mahatma Gandhi
SÃmbolo pampeano y hombre verdadero, generoso guerrero, amor, coraje, ¡salvaje! gaucho, por decir mejor. Ropaje suelto de viento, protagonista de un cuento vencedor.
Ricardo Güiraldes
Antes de anunciar mi candidatura, el 50% de la población no pensaba votar, defraudada por los partidos tradicionales. Se ha producido un terremoto que cambia la fisonomÃa del paÃs.
Rigoberta Menchú
Te sigo a vos, vos a mÃ, los dos la seguimos a ella, ella a ellos, ellos a nosotros. Asà andamos por la vida, siguiéndonos. Sin rumbo.
Sandro Centurión