Ahora sabía que había entrado al país malvado, pero no conocía las reglas de combate.
Garri Kaspárov
Que la humanidad deje de estar dominada por el deseo de alcanzar ganancias inútiles. Que se renueve entre los pueblos el sentimiento internacional de la solidaridad.
Alicia Moreau de Justo
Puede que no todos los musulmanes sean terroristas, pero todos los terroristas son musulmanes.
Ann Coulter
Nada se ha visto más ridículo desde que Calígula nombró cónsul a su caballo.
Anónimo
No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios.
Benedicto XVI
La mejor defensa contra la mala literatura es una experiencia plena de la buena; así como para protegerse de los bribones es mucho más eficaz intimar realmente con personas honestas que desconfiar por principio de todo el mundo.
C. S. Lewis
No está en mi naturaleza ocultar nada. No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón.
Charles Dickens
Despierta en los demás un deseo vehemente.
Dale Carnegie
El término autogestión, asociado a la consecución del socialismo, no es nuevo, está en los mismos orígenes doctrinales del mismo.
Felipe González
Se suele decir que no es la muerte, sino morirse, lo que es terrible.
Henry Fielding
Me gusta estar con alguien a quien le entusiasme el mundo.
Joaquin Phoenix
El concepto de causa es inaplicable al Universo; Por definición, no hay nada fuera de la totalidad que actúe como su causa. El Universo simplemente es; es un primario irreducible.
Leonard Peikoff
Por más que se lo destruya el poder del amor como servicio siempre resucita. Su fuente está más allá de toda indicación humana; es la paternidad amorosa de Dios fuente inalcanzable e incuestionable.
Papa Francisco
Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle: tiempo es de que se sepa, tiempo es de que la piedra pueda florecer, de que en la inquietud palpite un corazón. Tiempo es de que sea tiempo. Es tiempo.
Paul Celan
La mejor compañía es la compuesta de cinco personas.
Richard Steele
¡Los alemanes han invadido Polonia! ¡Es la guerra! Anunció a gritos en aquella sala silenciosa. La noticia me golpeó el corazón como un martillazo. Pero el corazón de nuestra generación ya estaba acostumbrado a toda clase de golpes duros.
Stefan Zweig