Uno nunca lo piensa -yo sólo compongo y lo que me nace me sale y ahí está-. Ahí es donde la gente decide a qué le suena. El proceso es muy natural y muy orgánico.
Gaby Moreno
La caridad bien entendida empieza por uno mismo, y generalmente acaba ahí.
Anónimo
Los enemigos más peligrosos son aquellos contra los cuales nadie se ocupa en defenderse.
Arturo Graf
A los veinte años un hombre es un pavo real; a los treinta, un león; a los cuarenta, un camello; a los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un perro; a los setenta, un mono; a los ochenta, nada.
Baltasar Gracián
Cuando a tu yo verdadero lo lastiman, se levantan los yo falsos para protegerlo.
Bernardo Stamateas
La ausencia de prueba no es prueba de ausencia.
Carl Sagan
En los espejos mirando a lo eterno hay siempre muertos muriendo una muerte exigente, muriendo de sed de volver.
Carmen Naranjo
Muestra simpatía por las ideas y deseos de la otra persona.
Dale Carnegie
No podemos matar el tiempo sin herir la eternidad.
Henry David Thoreau
Snake no es como una estrella de cine. No es alguien a quien observas es alguien cuya personalidad asumes.
Hideo Kojima
No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido.
J. R. R. Tolkien
Mi espejo mira hacia el interior. Las palabras las escribo en la frente y alrededor de las esquinas de la boca. Mis rostros humanos son más ciertos que los reales.
Paul Klee
Las empresas pobres se desentienden de sus competidores; las empresas del montón copian a sus competidores; las empresas ganadoras marcan el camino a sus competidores.
Philip Kotler
A quien mira lo ajeno, lo suyo propio no le contenta.
Séneca
¡Oh ruiseñor! Tú eres de ardiente corazón: tus notas nos penetran, nos penetran, tumultuosa, indómita armonía. Cantas como si el dios del vino te dictara un mensaje de sátira amorosa: una canción de burla y de desprecio a la sombra, al rocío y a la noche callada y a la ventura firme y a todos los amores que descansan en esos tranquilos bosquecillos.
William Wordsworth
El problema de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes.
Winston Churchill