Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás.
Gabriel García Márquez
(algún piloto) ha probado las escapatorias del circuito.
Antonio Lobato
"Ni amar ni odiar": esta regla encierra la mitad de la sabiduría.
Arthur Schopenhauer
Madre es el nombre de Dios en los labios y corazones de los niños.
Brandon Lee
En la vida, la mitad es deseo, y la otra mitad, descontento.
Carlo Dossi
Aventurarse en lo desconocido, a un camino o proceso no recorrido con una actitud ilusionada y fuerte.
Francisco Javier Sáenz De Oiza
Vivo: es decir, me diferencio de todos los demás.
Friedrich Hebbel
Por más que se sintiese humillada por la bajeza de tal felicidad, se agarraba a ella por costumbre o por corrupción.
Gustave Flaubert
Ninguna ciencia es inmune a la infección de la política y a la corrupción del poder.
Jacob Bronowski
Como el hueso al cuerpo humano, y el eje a una rueda, y el ala a un pájaro, y el aire al ala, así es la libertad la esencia de la vida. Cuanto sin ella se hace es imperfecto.
José Martí
La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad.
Nelson Mandela
La crítica no es más que una forma disimulada que tenemos para mostrar nuestra superioridad sobre los demás.
Renny Yagosesky
Al no ir a la escuela aprendí que el mundo es un lugar hermoso y necesita ser descubierto.
Rutger Hauer
Les enseñamos a los niños que hay tantas palabras como colores, y que hay tantos pensamientos porque de por sí el mundo es para que en él nazcan palabras. Que hay pensamientos diferentes y que debemos respetarlos... Y les enseñamos a hablar con la verdad, es decir, con el corazón.
Subcomandante Marcos
Hay cabrones que se empeñan en patinar sobre hielo cuesta arriba.
Wesley Snipes
Los proverbios y las máximas son el último refugio de los desamparados.
William Somerset Maugham