Cada uno de nostros es su propio clima, determina el color del cielo dentro del universo emocional en el que habita.
Fulton John Sheen
Nada hay más peligroso que una idea cuando no se tiene más que una.
Alain
La dulzura del vivir se hace más intensa cuando no caminamos ya impetuosamente hacia lo futuro, y el hombre gusta de detenerse y quisiera volver atrás.
Andrenio
Debo poner mi vida en peligro y venir hasta Pakistán porque creo que el país está en peligro. La gente está preocupada. Vamos a sacar al país de esta crisis.
Benazir Bhutto
No hay nadie que viva tan preocupado por el dinero como los ricos, si se exceptúa a los pobres.
Enrique Jardiel Poncela
no hay nada más sencillo.
Fernando Pessoa
Para los españoles, al menos en Cataluña y Aragón, la Iglesia era simplemente una maquinaria de robo organizado.
George Orwell
Mucho del arte ciencia de la psicología se dirige sobre todo a la rehabilitación de criminales. Esas técnicas serán muy pronto una artesanía olvidada, como la alquimia.
Harlan Ellison
Yo podría ser el último paria de mi reino, un leproso abandonado por todos, sin recuerdo y sin esperanza de goce alguno, y aún quisiera vivir.
Jacinto Benavente
La vida es muy mala novelista, si uno mete en una novela las cosas que suceden en la vida, que está llena de azares, no hay quien se la crea. La novela es una representación de la vida que no admite todo lo que la vida tiene.
Javier Marías
La cultura verdadera nace con la naturaleza, es simple, humilde y pura.
Masanobu Fukuoka
Maestro es aquél que forja la inteligencia y la voluntad que hace que surja la obra maestra que existe en cada uno de sus alumnos.
Miguel Ángel Cornejo
Mi alma se daba, dándose gozaba, y transcendía su esencia en goce. Se consumía en la alegría del que conoce.
Ramón María del Valle-Inclán
Ajeno es todo lo que nos viene en deseo.
Séneca
El hecho es que quien tú eres no tiene nada que ver con ninguna idea u opinión que resida en ninguna otra persona de este mundo.
Wayne Dyer
¿Pero qué es un hombre verdadero? Los hombres verdaderos de la antigüedad. No pasaban por encima del débil, no lograban sus fines por la fuerza bruta y no se rodeaban de consejeros. En esta forma, fracasando no tenían causas para lamentarse; de tener éxito, no tenían motivos de satisfacción propia. Y podían, por lo tanto, alcanzar las más grandes alturas sin temblar. Entrar en el agua sin mojarse, y pasar por el fuego sin sentir el calor.
Zhuangzi