Y al viejo Dios se le ocurre una última decisión: el hombre se ha vuelto científico - no queda otro remedio, ¡hay que ahogarlo!
Friedrich Nietzsche
Las convicciones son esperanzas.
Bertolt Brecht
¡Acepta! La vida, las personas, haz de ellas tu razón de vivir.
Charles Chaplin
Para que un país sea republicano y libre, no basta que lo diga su constitución; es preciso que se lo permitan su inteligencia y estado actual.
Eustorgio Salgar
La verdad no es otra cosa que falsedad bien disfrazada.
George Farquhar
La mujer es un vulgar animal del que el hombre se ha formado un ideal demasiado bello.
Gustave Flaubert
La derecha se encuentra disuelta en la izquierda, es lo mismo con otro nombre.
Gustavo Bueno
A pesar de que era la hora de comer, en Rogan Rothberg se miraba con malos ojos a cualquiera que se atreviera a salir para ir a almorzar.
John Grisham
Cuanto más conozco a los hombres, menos los quiero; si pudiese decir otro tanto de las mujeres me iría mucho mejor.
Lord Byron
Ha hecho que me odien. - ¿Ah, sí? ¿Qué vas a hacer entonces? ¿Esconderte en un rincón? ¿Ponerte a besar sus traseros para que te vuelvan a querer? Sólo hay una cosa que hará que dejen de odiarte. Y esa cosa es ser tan bueno en todo lo que hagas que no puedan ignorarte. Les he dicho que eres el mejor. ¡Mejor que lo seas!
Orson Scott Card
Un gran cementerio dorado. Es un inmenso jardín completamente abandonado. Tan abandonado como la naturaleza lo estaba antes de que el primer hombre apareciera en ella.
Pascal Quignard
Soy incapaz de respetar mi sueldo porque soy incapaz de respetar mi trabajo.
Raul Ferruz
Nuestro conocimiento del momento presente, por el carácter fugaz que éste tiene, sólo puede ser determinado en función de otros momentos que no son este momento.
Salvador Elizondo
La cosa con Michael es que es posiblemente, el artista más profesional, más talentoso con el que haya trabajado. Cuando todo el barullo esta despejado, cuando eso pasa, puedes tener 60 bailarines en frente de ti, y saber exactamente cual es Michael.
Slash
Y, quizás, los mástiles, invitando a las tormentas son los que un viento inclina sobre los naufragios perdidos, sin mástiles, sin mástiles, ni islas fértiles... ¡Pero, oh corazón mío, escucha el canto de los marineros!
Stéphane Mallarmé
Vale más morir de inanición que implorar una recompensa que se tiene ya merecida.
William Shakespeare