Ni la comodidad, ni el bienestar material, ni la riqueza, ni el poder en el sentido tradicional constituyen los objetivos del superhombre.
Friedrich Nietzsche
No vinimos a quejarnos vinimos a trabajar.
Álvaro Uribe Vélez
La política es demasiado a menudo el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios e injustos.
Arturo Graf
El hombre feliz es el que vive objetivamente, el que es libre en sus afectos y tiene amplios intereses, el que se asegura la felicidad por medio de estos intereses y afectos que, a su vez, le convierten a él en objeto de interés y el afecto de otros muchos.
Bertrand Russell
Cuando Michael canta es la voz de los ángeles, y cuando sus pies se mueven, puedes ver a Dios bailando.
Bob Geldof
Les dejo de herencia mi libertad.
Chavela Vargas
El hombre es más razonador que razonable.
Federico II
Las ideas audaces son como las piezas del ajedrez que avanzan hacia delante. Ellas pueden ser vencidas, pero también pueden iniciar una partida victoriosa.
Goethe
Debemos comprender que aunque los fenómenos carecen por completo de existencia propia, existen de manera convencional, como meras apariencias en una mente válida.
Gueshe Kelsang Gyatso
Palabras y ofrecimientos, aunque sean de reyes, llegan a ser obras tarde.
Joaquín Setantí
Hay que aprender a pedir ayuda sin depender y hay que aprender a recibir ayuda sin creer que uno está dependiendo.
Jorge Bucay
Ahí tenéis al fascismo italiano, desplegando en Abisinia una guerra de rapiña, matando a la población inerme, aniquilando a los que defienden la libertad de su pueblo. Ahí tenéis a los bárbaros fascistas, que dicen cínicamente que llevan la civilización a Etiopía con sus cañones y su aviones, descargando metralla sobre un pueblo que defiende su libertad.
José Díaz Ramos
La arquitectura es el testigo menos sobornable de la historia.
Octavio Paz
El dinero es, de hecho, un incentivo falso y causa 100 veces mas distorsión que contribución.
Peter Joseph
Maldito el pecado, no el pecador.
Talmud
Nuestros años más importantes son los de nuestra niñez.
William Cowper