La demencia es algo raro en los individuos, pero en los grupos, los partidos, los pueblos, las épocas constituye la regla.
Friedrich Nietzsche
No es poco saber huir del amigo sospechoso.
Alonso de Barros
Es imposible querer algo que no se puede coger con los dedos.
David Foster Wallace
La habilidad moderna no consiste en esconder la emoción, sino en afectarla.
Gilbert Keith Chesterton
La globalización es el chivo expiatorio de los inútiles.
Jean-François Revel
El dinero permite al mediocre satisfacer sus vanidades más inmediatas.
José Ingenieros
Llega al Madrid un entrenador sin títulos, y lo matan.
José Mourinho
No te desalientes, ¡Adelante!, adelante con una tozudez que es santa y que se llama, en lo espiritual, perseverancia.
Josemaría Escrivá de Balaguer
¿Manías al escribir? Sí, tengo que quitarme todas las pulseras mientras escribo, no lo puedo remediar. Y otra bien preocupante: necesito cambiar de habitación en cada libro.
Kate Morton
Los artistas por lo general no ganan mucho dinero, y a menudo mantienen su afición artística a pesar del dinero y no por él.
Linus Torvalds
Cuando el 15 de junio de 1958 fui al estadio Nya Ullevi de Gotemburgo, había 50.000 personas con ganas de ver al pequeño niño negro que llevaba el número 10. Muchos me vieron como una especie de mascota en comparación con el físico enorme de los rusos.
Pelé
La raíz escondida no pide premio alguno por llenar de frutos la rama.
Rabindranath Tagore
Aborrezco mortalmente el mando porque mis servicios no han sido felices porque mi natural es contrario a la vida sedentaria porque carezco de conocimientos porque estoy cansado y enfermo.
Simón Bolívar
Nada poseemos en el mundo -porque el azar puede quitárnoslo todo-, salvo el poder de decir yo. Eso es lo que hay que entregar a Dios, o sea destruir. No hay en absoluto ningún otro acto libre que nos esté permitido, salvo el de la destrucción del yo.
Simone Weil
El servilismo produce amigos, la verdad, odio.
Terencio
Todos los pueblos hostiles a la familia han terminado, tarde o temprano, por un empobrecimiento del alma.
Von Keyserling