Todo lo imperecedero es mera alegoría. Y los poetas mienten demasiado.
Friedrich Nietzsche
El Real Madrid, como club del general Franco, estaba acostumbrado, antes de que la democracia llegara a España, a conseguir a quien quería y hacer lo que le daba la gana.
Alex Ferguson
Dinero, fama y más subvenciones y elogios de los superiores: formas absurdas de medir el éxito.
Camilla Läckberg
Yo me podría arreglar la quemadura, perpero no lo hago porque soy como soy, al que no le guste que no me mire.
Carlos Tévez
De modo que intentas hacerla feliz aun a pesar de que el motivo por el que, de entrada, se siente infeliz eres tú
Cassandra Clare
Es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo.
Georges Clemenceau
Si en los cuerpos, en la materia y en el ente no hubiera mutación, variedad y alternancia vicisitudinal nada sería apropiado, nada bueno, nada deleitable.
Giordano Bruno
Las heridas emocionales son el precio que todos tenemos que pagar para ser independientes.
Haruki Murakami
La caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.
Horace Smith
Sólo hay dos cosas que podemos perder: el tiempo y la vida; la segunda es inevitable, la primera imperdonable.
Jose Maria Franco Cabrera
El gobierno debería establecerse de modo que ningún hombre pueda temer a otro.
Montesquieu
No soy de los que exprimen su corazón en un lugar violento. Soy de los que atestiguan la belleza y la muerte de la rosa.
Rosario Castellanos
¡Los alemanes han invadido Polonia! ¡Es la guerra! Anunció a gritos en aquella sala silenciosa. La noticia me golpeó el corazón como un martillazo. Pero el corazón de nuestra generación ya estaba acostumbrado a toda clase de golpes duros.
Stefan Zweig
La cultura no es un sustitutivo de la vida, sino la llave para llegar a ella.
William Hurrell Mallock
Si los hados quieren hacerme rey, lo harán sin que yo busque la corona.
William Shakespeare
Los dioses son justos y emplean nuestros vicios deleitosos como instrumentos para castigarnos.