Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo.
Frédéric Chopin
Los jóvenes piensan que los viejos son tontos; pero los ancianos saben que los jóvenes son tontos.
Agatha Christie
Los cambios psíquicos y los estados sublimes de conciencia provocados por los alucinógenos se encuentran tan alejados de la vida ordinaria que resulta casi imposible describirlos en el lenguaje corriente. Una persona bajo los efectos de un alucinógeno abandona su mundo familiar y actúa según otras normas, en otras dimensiones y en un tiempo distinto.
Albert Hofmann
Pise firme siempre en el medio y no vaya por extremos, que son peligrosos todos.
Baltasar Gracián
Si no fuera un hecho de experiencia que los valores supremos residen en el Alma, la Psicología no me interesaría en lo mas mínimo, ya que el Alma no sería entonces mas que un miserable vapor.
Carl Gustav Jung
Lo único que yo ambiciono y deseo es no caer en la necesidad de vanagloriarme por mis virtudes y por mi inteligencia, y no pregonar mis buenas acciones.
Confucio
Cualquiera que inventó el cliché de que el dinero es la raíz de todos los males no sabía casi nada sobre la naturaleza del mal y muy poco de los seres humanos.
Eric Hoffer
En el estado naciente del amor vale la regla del comunismo: cada uno da según sus posibilidades y cada uno recibe según sus necesidades.
Francesco Alberoni
No pinto cosas, sólo la diferencia entre las cosas.
Henri Matisse
La busca de la excelencia es un hábito letal.
John Irving
El peso de los ejércitos permanentes y de las pesadas contribuciones hacen la vida intolerable.
José María Blanco White
¿Pero cómo es posible tocar para semejantes niños mimados?
Ludwig van Beethoven
El tiempo sólo son las cosas que te pasan, por eso pasa tan deprisa cuando a uno ya no le pasa nada.
Manuel Vicent
Al final los vencedores siempre son los que saben salir bien en la fotografía.
Todos los hombres tienen una mujer en el pensamiento; los casados, además, tienen otra en casa.
Noel Clarasó
Ved que aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más, y no olvidéis este ejemplo.
Policarpa Salavarrieta