Virtud, hija del cielo, la más ilustre empresa de la vida.
Fray Luis de León
Quienes alcanzan el poder con demagogia terminan haciéndole pagar al país un precio muy caro.
Adolfo Suárez
Sin valor es estéril la sabiduría.
Baltasar Gracián
Muy común es aborrecer a quien sin causa se agravia, porque su presencia es un vivo y continuo reproche y sañudo despertador de su conciencia.
Enrique Gil y Carrasco
... agora comúnmente llaman traidor al que, defendiendo la libertad de la república, resiste a los apetitos de los príncipes, y a los que aconsejan al príncipe que sea tirano.
Erasmo de Róterdam
Nada es más contrario a lo bello que lo repugnante, así como nada cae más por debajo de lo sublime que lo ridículo.
Immanuel Kant
No hay un regalo más bello que la vida. Dio la suya por la tuya, porque te quería. Y hay mucha gente que te quiere, hay muchas cosas para hacer, muchas razones para luchar y vivir. Entiendo que estés muy triste... Yo también pasé por algo parecido. Pero las personas a las que amamos no se van jamás del todo: basta con que no las olvidemos.
J. K. Rowling
¿ Serán que están tan hundidos que ya no necesita abogados, sino otra vez autodefensas?
Jaime Garzón
El que fuese aficionado al baile era verdaderamente una ventaja a la hora de enamorarse.
Jane Austen
Mi hipótesis es que de la interacción duradera entre gentes liberadas de los cinco grandes deformadores morales -pobreza, ignorancia, miedo, dogmatismo y odio al vecino- emerge un modelo ético universalmente deseable.
José Antonio Marina
El coqueteo es atención sin intención.
Max O'Rell
Los periódicos y la televisión son susceptibles de campañas mediáticas cuidadosamente orquestadas. Los juicios no.
Michael Crichton
El tiempo es una putainvención de la mente que a veces es útil, pero que en otras ocasiones te destruye.
Mikel Santiago
Las mujeres son más difíciles de manejar que los hombres. Es su mente.
Peter Sellers
Nada poseemos en el mundo -porque el azar puede quitárnoslo todo-, salvo el poder de decir yo. Eso es lo que hay que entregar a Dios, o sea destruir. No hay en absoluto ningún otro acto libre que nos esté permitido, salvo el de la destrucción del yo.
Simone Weil
Los preparativos de la guerra ejercen en mí una fascinación morbosa. Le pido a Dios que me perdone estos sentimientos tan frívolos.
Winston Churchill